viernes, 31 de diciembre de 2010

El feminismo es anticristiano.

En la Biblia, palabra revelada de Dios y por lo tanto verdad absoluta lo cual ha sido tomado muy en serio por la Iglesia que ha torturado y quemado durante siglos a todo aquel que se ha atrevido a cuestionarla, se dice que Dios creó al hombre tomando un pedazo de barro al que dió forma e insufló vida. Dios creó al hombre en primer lugar, no creó a hombre y mujer al mismo tiempo. Eso significa que primero está el hombre y en segundo lugar la mujer, la mujer ocupa un lugar secundario. Además Dios creó a la mujer sólo cuando vio que no era bueno que el hombre estuviese sólo; de modo que la mujer ocupa un lugar secundario y subordinado al hombre. Por si fuera poco la Biblia nos dice que Dios para crear a la mujer tomó una costilla del hombre, es decir, la mujer no sólo ocupa un lugar secundario y subordinado al hombre sino que es un subproducto o forma imperfecta de éste. Dios no creó a la mujer de la misma sustancia de la que creó al hombre, no tomó otro pedazo de barro e hizo a la mujer. Si Dios hubiese querido colocar a hombres y mujeres en un plano de igualdad, como pretende el feminismo, los hubiese creado al mismo tiempo y de la misma sustancia. El feminismo va en contra de la palabra de Dios que es la Biblia, es por tanto una ideología anticristiana que va en contra de Dios.