Antes que nada una aclaración. La palabra urbana del título no es del todo exacta pues, si bien es como se conoce habitualmente a este tipo de historias ficticias, el entorno en que surgió la leyenda que nos ocupa no fue un entorno urbano sino rural. Nazaret, el pueblo donde la leyenda dice que nació Jesús, el mesías, era un pueblucho insignificante de la Galilea rural de unos doscientos habitantes, que ni siquiera aparecía en los mapas del mundo antiguo ni es mencionado en la Biblia hebrea, así como tampoco en los escritos de Josefo, un historiador del siglo I que pasó mucho tiempo en Galilea y se refirió a muchos lugares de la región.
La gran mayoría de los relatos sobre la muerte de Jesús de Nazaret recogidos en los evangelios se corresponden con profecías de las Escrituras, a las que según los cristianos primitivos Jesús habría venido a dar cumplimiento: así la ejecución junto a dos ladrones, el que los encargados de ejecutarle no le rompieran las piernas, el permanecer en silencio en todo momento, el pronunciar justo antes de expirar las palabras de los Salmos, etc. No se trata de algo casual, los cristianos primitivos procuraron la forma de que las profecías de las Escrituras se cumplieran.
Las leyendas sobre Jesús de Nazaret y su trágica muerte en la cruz circularon durante décadas después de su supuesta muerte como tradiciones orales entre las primitivas comunidades cristianas. No fueron puestas por escrito hasta muchas décadas después por personas que no presenciaron los supuestos hechos a los que hacían referencia. Pasaron de ser una tradición oral, esto es que pasaba de boca en boca entre los cristianos primitivos, a ser escritas en los textos neotestamentarios muchas décadas e incluso siglos después de la fecha en que supuestamente ocurrieron.
Actualmente todos están familiarizados con el concepto de leyenda urbana. Existen famosos ejemplos de acontecimientos ficticios, que jamás ocurrieron, y que sin embargo han alcanzado una enorme difusión. Todo el mundo conoce a alguien que asegura conocer a un amigo (o un amigo de un amigo) que presenció los hechos que la leyenda urbana relata. Esto es un fenómeno que se produce de forma espontánea y natural. Si las leyendas urbanas se dan en la sociedad actual, con todos los medios que hay disponibles para poder verificar los hechos (grabación en vídeo, fotografía, teléfono, etc.), mucho más comprensible es que relatos legendarios parecidos fueran generados y obtuvieran gran difusión hace dos mil años.
Jesús de Nazaret jamás existió, es producto de una leyenda urbana, la madre de todas las leyendas urbanas. Es un intento de los cristianos primitivos por dar cumplimiento a las profecías recogidas en las Escrituras, transmitido en un principio de forma oral y sólo muchas décadas más tarde plasmado de forma escrita.
Mucha más información, datos, citas y bibliografía complementaria en "Simón Pedro, Pablo de Tarso y María Magdalena. Historia y leyenda del cristianismo primitivo", de Bart D. Ehrman.